15 dic 2013

Ser entrenador

A veces cometemos el error de simplificar la tarea del entrenador en “escoger a once jugadores” sin tener en cuenta que en realidad existen muchas variables que deberíamos considerar. Evidentemente el juego del equipo y los resultados, que suelen mandar a la hora de las decisiones, recaen bajo los hombros del entrenador. Si un equipo no juega bien, comete muchos errores, etc., o si los resultados no se dan, con muchas caídas o sin llegar a las victorias, el entrenador queda automáticamente en el ojo de la tormenta.

A pesar de esto, que sería lo más visible, hay otras cosas que entran en juego y que me parece importante tenerlas en cuenta. En primer lugar, hay que destacar que el entrenador no trabaja solo. Su trabajo depende, en buena medida, de la relación que mantenga con los futbolistas. Al fin y al cabo, a la hora de la verdad, los que juegan son los futbolistas, no los entrenadores; los que deciden cómo ejecutar una acción, pasársela a “x” o “y” son los futbolistas, y así con un montón de acciones donde son ellos los encargados de elegir dentro del campo. ¿El entrenador influye en esas cosas de manera directa? Bajo mi punto de vista, no. Puede pedirle al lateral que suba con más frecuencia, pero lo que haga ese jugador cuando le llegue la pelota ya escapa de sus peticiones. La decisión de que ese futbolista juegue o no sí depende únicamente del entrenador, en ese sentido, sí es responsable.

En segundo lugar, no basta con escoger once jugadores para que el equipo sea competitivo, se asocie o no cometa errores. Estamos errados si vemos a los futbolistas como piezas de puzles que, escogiendo las correctas, calzarán a la perfección. Y aquí, en el hecho de conformar un buen equipo o, de manera más amplia, un buen plantel, entran en juego sus habilidades para saber lo que tiene, sus virtudes, qué es lo que falta, sus carencias; también su visión para saber fichar (algo que no es tan simple si vamos a lugares donde no puede comprarse lo mejor del mundo y los rendimientos futuros resultan una incógnita). También sería importante su liderazgo, su poder para motivar, para transmitirles a los futbolistas sus creencias futbolistas, darle la seguridad (con convicción) de que lo que se hace es la mejor manera.

Sin dudas, y en todos los ámbitos de la vida, también entra en juego, y debería destacarse, la calidad de persona. Cuando un entrenador es claro, preciso, les explica a los jugadores cómo son las cosas según él, quién estará en el equipo o quién deberá buscarse otro, me parece que suma puntos. Cuando es sensato, cuando dice lo que cree, cuando no sobrevalora la actuación de los suyos y admite errores, procurando trabajar en ellos, sigue sumando puntos. No hablo de puntos en la tabla de posiciones, hablo a la hora de mantener cierto equilibrio a nivel institucional, da otra seriedad. Está claro que con esto sólo, sin tener todo lo anterior, posiblemente no se llegue a demasiado lejos.

Pero no hay que distinguir entre blanco o negro, entre entrenadores que tienen todo de una cosa y nada de otra. Ni tampoco crucificar a un entrenador porque no le hayan salido las cosas en un sitio, porque pueden salirles en otro. Depende, también, del contexto y las exigencias (que a veces resultan inmediatas y otras veces se realizan sobre plazos largos y estables).

Hoy perdimos el campeonato corto de una manera increíble y Rodolfo Arruabarrena decidió dar un paso al costado. El “Vasco”, en toda su estadía con Nacional, sólo pudo darle su impronta al equipo de manera fugaz en algunos partidos. En líneas generales, Nacional no tuvo una manera de jugar. Posiblemente faltó identidad en el equipo, la fortaleza para afrontar los momentos complicados, de parte del entrenador y los futbolistas. A pesar de esto, a pesar de que Arruabarrena es también responsable (y sabemos que él es el primero que lo sabe), es un tipo que se ganó mi aprecio por cómo es, por lo que intentó estando en Nacional y por su manera de hacer las cosas.

A veces se gana y a veces se pierde (no es un consuelo, la realidad es así), y hoy no me gustó cómo se perdió. Pero a pesar de esto y todo lo demás, agradezco todas las actitudes que tuvo Arruabarrena y cómo defendió al club mientras fue su entrenador. Gracias, “Vasco”.


14 dic 2013

Decanato del fútbol uruguayo

Estas fechas siempre son sinónimo de polémica, de dudas, de cosas poco claras. Los argumentos de una postura (Peñarol) recaen en acciones de la otra (sin reconocer que dichas acciones pudieron estar equivocadas); mientras tanto, los argumentos de esa otra postura (Nacional) intentan ir un poco más allá, basándose en documentación claramente oficial.

Esto último quedará constatado en el video, con imágenes de dichos documentos y en palabras de Juan José Melos y Hernán Navascuez.


Me parece un tema importante para todo aquel que le guste el fútbol y respete la historia. Obviamente, si estás en Uruguay posiblemente este tema te interese más que si no lo estás. Lo que no deja de ser curioso es ver a periodistas, sobre todo, intentar minimizar esta discusión. ¿Prefieren tapar la verdad y seguir defendiendo una situación poco clara o, lisa y llanamente, una mentira? Curioso.

Esto es todo por hoy.

12 dic 2013

Decepción italiana


Este miércoles finalizó la última jornada de la fase de grupos de la UEFA Champions League 2013/14. Los dieciséis equipos que pasarán a los enfrentamientos directos sabrán sus respectivos rivales el próximo lunes. Entre ellos se destaca la presencia de los cuatro combinados ingleses y alemanes; completan la lista tres españoles, un francés, un turco, un ruso y un italiano. Destaco la presencia de los equipos de los primeros dos países porque pasaron todos los que participaron.

Incluso puede apreciarse como la otra liga fuerte de Europa, España, quien también cuenta con cuatro participantes, tuvo una buena primera fase: Barcelona, Real Madrid y Atlético de Madrid avanzaron. Los tres equipos antes mencionados fueron líderes de sus respectivos grupos, dominando cada zona con propiedad, distanciándose sensiblemente de sus rivales.

El caso bastante llamativo es el de Italia. Ese país tiene tres participantes en la fase de grupos cuando hace un par de temporadas (hasta la 2011-2012) tenía cuatro. La pérdida de una plaza se debe a los malos resultados que han arrojado en los últimos años los equipos italianos en la máxima competición en contraste a los buenos rendimientos de los equipos alemanes. No cabe dudas de que la UEFA acertó en el cambio: los cuatro alemanes en esta edición han avanzado mientras que sólo un italiano de tres logró lo mismo.

A pesar de esta tendencia, de la caída de la liga italiana, esta temporada de la UEFA Champions League había hecho soñar sobre todo a un equipo italiano: Juventus. Se trataba del último campeón de aquel país y que en la edición pasada había llegado a los cuartos de final, cayendo con el campeón Bayern Múnich con igual resultado de 2 a 0 en ambos juegos. Sorprende el hecho de que no haya entrado entre los dos mejores equipos en su grupo, ya que Galatasaray le “robó” su puesto. Sin dudas es otro golpe para los italianos.

El equipo napolitano tampoco pudo avanzar de ronda, aunque en su caso fue distinto. No contaba con la responsabilidad de Juventus y su grupo era realmente complicado. Basta con decir que tanto ellos como Borussia Dortmund y Arsenal terminaron empatados en puntos, es decir con doce. Cerró ese grupo, con un sorpresivo cero puntos, el Marsella de Francia. Napoli estuvo allí, cerca, más cerca que Juventus.

El tercer italiano que había llegado a la Champions es el AC Milan, quien clasificó en la última fecha tras empatar 0 a 0 con Ajax. Los rossoneros pasaron como segundos de su grupo, con un punto más que los holandeses. Para la grandeza de este equipo y sus logros a lo largo de su historia, la campaña puede tildarse como pobre. Es más, desde hace un par de temporadas (por no decir alguna más), Milan no está en los primeros planos como candidato firme para conquistar Europa una vez más. Y eso es preocupante no sólo para ellos, también para Italia en general.

El último logro considerable de los italianos es la conquista de Inter de Milán en 2010 ganándole en la final a Bayern Múnich. Pero desde esa edición ningún conjunto italiano (ni Inter, Milan o Juventus) ha superado la barrera de los cuartos de final. Esto último es equivalente a decir que no han llegado hasta semifinales, al menos, desde el año en que Inter fue campeón. Esta temporada no parece que haya grandes novedades, Milan no está a la altura de equipos como Bayern Múnich, Real Madrid, Barcelona, Borussia Dortmund, PSG o Arsenal (por nombrar los que considero principales). Debido a lo anterior, sólo por “suerte” en el sorteo podría llegar a una ronda más o una ronda menos, pero no veo grandes opciones de que llegue lejos como a semifinales.

Mientras alemanes, ingleses y españoles se fortalecen, los italianos se debilitan, agudizando esa ‘decepción italiana’ que se ha agravado en los últimos años.


11 dic 2013

Sensaciones mundialistas


No debe de haber cosa más maravillosa, deportivamente hablando, que participar en un mundial de fútbol. Es una sensación única saber que tu selección estará entre los treinta y dos competidores, que tendrá la chance de jugar en el mismo torneo junto a las selecciones más grandes del mundo. Ya pasa a segundo plano a dónde se pueda llegar, qué se pueda conseguir y con quién toque, de manera particular, enfrentarse partido a partido. Ya el hecho de estar es importante porque hay muchos que quieren llegar, al igual que uno, pero que se quedan afuera.

Las eliminatorias —o las clasificatorias, como le llaman en otros sitios— suelen durar más de dos años. En ellas los países de cada confederación luchan por grabar su nombre en la próxima Copa del Mundo. Esta vez toca en Brasil, al igual que en 1950; y por ser Brasil tiene algo de especial, ya que se trata del país que más mundiales ganados tiene (un total de cinco) de lo que va de la historia. Es uno de los países más futboleros del mundo, desde siempre; país que suele estar entre los candidatos para llegar a las instancias decisivas.

El mundial se disputará el año que viene, dentro de siete meses. Pero hoy no quiero hablarles ni dar demasiados detalles de lo que será la Copa del Mundo, ni hablar de las sedes ni extenderme demasiado en los equipos; hoy quería comentar la sensación que genera el sorteo ya realizado hace unos días. Hay personas que dicen que la competencia comienza el mismo día en que se saben los grupos, en que se saben los primeros tres rivales de cada selección nacional. Y eso, creo yo, tiene algo de cierto. No es lo mismo no saber a saber los rivales y, además, los posibles cruces, haciendo conjeturas, en rondas venideras.

Sin dudas este sorteo mundialista iba a ser especial, habían cuatro equipos sudamericanos y cuatro europeos como cabezas de serie. También existía la novedad de que uno de los europeos (de los nueve restantes, sin contar los primeros cuatro del Ranking FIFA) iba a agruparse al bombo dos, en donde estaban los países africanos y los dos restantes de Sudamérica (Chile y Ecuador). Este país finalmente fue Italia, lo cual no era demasiado alentador para las cabezas de serie de nuestro continente; posiblemente Italia y Holanda eran las dos peores opciones, en el orden que uno elija.

Sin entrar en grandes detalles, quiero darles la impresión que me dieron los grupos. Hay tres que considero sumamente duros, entre ellos el que lidera Uruguay. La Celeste tendrá que abrir el Mundial frente a Costa Rica (el rival más accesible, aparentemente), Inglaterra e Italia. Un optimista podría decir “si hubiese tocado Holanda e Italia, las cosas serían peores”, y creo lo mismo. Inglaterra es un país que tiene probablemente la mejor liga del mundo, pero sus jugadores no son grandes figuras en sus equipos, suelen no ser los “determinantes”. Es más factible ver, por ejemplo, franceses (y unos cuantos) en el Arsenal que a un par de ingleses alineando como titulares. Eso dice mucho. Por ello creo yo que Uruguay tiene posibilidades reales y muchas de poder imponerse ante los ingleses y conseguir una victoria que sería más que importante pensando en la clasificación.

Italia es una selección dura. Es otro país que tiene una gran tradición futbolera y que suele estar, al margen de cómo juegue, en la definición. Parece que los italianos se preparan para los mundiales y suelen ir de menos a más, esto puede ser casualidad o no, pero es lo que generalmente ocurre. Si bien es cierto que esta nueva azzurra intenta otra propuesta futbolística, hay raíces que no cambian. Con esto último me refiero a su espíritu. Sería utópico creer que Italia dejará de lado ese alto nivel competitivo por competir (valga la redundancia) que lo ha caracterizado siempre.

Y hay otros dos grupos mundialistas en donde me gustaría detenerme. Uno de ellos es el que forman España, campeona del mundo, Holanda, subcampeona del mundo, Chile y Australia. España y Holanda no necesitan presentación, basta con ver las etiquetas antes dichas. Australia seguramente sea la cuarta selección sin verdaderas opciones como para soñar en una segunda ronda. Y Chile, bueno, la selección sudamericana, en un primer momento, podría haber lamentado su “mala suerte” por encontrarse con dos europeos verdaderamente fuertes. Pero debe ser consciente de que sus rivales también la consideran así, una selección que viene bien, creciendo y que será un competidor muy duro. Chile puede complicar y los chilenos pueden soñar.

Argentina, Brasil y Colombia, los otros tres cabezas de serie de Sudamérica, tienen grandes chances de clasificar. No voy a decir que de ojos cerrados, pero tienen la responsabilidad moral de hacerlo. Es más, me animaría a decir que Argentina y los locales deberían ser, sin mayores inconvenientes, los primeros de sus respectivos grupos. Colombia tiene material, mucho, diría yo, y es esta una oportunidad sin igual para redimirse de lo que ha sido su historia; tiene una gran selección, tiene armas como para hacer un gran Mundial. Veremos qué pasa con ellos. Y el último sudamericano que aún no he nombrado es Ecuador. Veo en ellos a una selección con serias posibilidades de avanzar. Los ecuatorianos han perdido a su máxima figura, al emblema de su selección, pero tienen argumentos como para clasificar a octavos de final.

El último grupo en el que quiero detenerme es el que encabeza Alemania. Ghana, vaya si los conocemos bien, Estados Unidos y el Portugal de CR7, junto a los mencionados alemanes, conforman, bajo mi punto de vista, el grupo más complejo del Mundial. Si bien es cierto que el rival que estaría un escalón por encima del resto es Alemania, los otros tres tienen serios y fuertes argumentos como para avanzar de ronda. Portugal tiene a Cristiano Ronaldo aunque probablemente no sea de las grandes selecciones europeas, pero no será fácil enfrentarla. Subestimar a los africanos sería un acto insensato, más con el calor que habrá y su potencia física. Ellos son durísimos y en Uruguay lo sabemos bien. Y por último tenemos a Estados Unidos: la mejor selección de la CONCACAF. Su fútbol interno ha ido en ascenso aunque aún está lejos de la elite. Tiene figuras interesantes en Europa, o las ha tenido en las últimas temporadas, y suele conformar un trabajo en equipo bastante sólido, lo que le permite competir ante grandes selecciones.

Probablemente la Copa del Mundo de la FIFA Brasil 2014 ya esté en juego y nosotros no lo veamos correctamente. Los grupos ya están definidos, aunque hayan existido dudas y controversias en torno al desarrollo del sorteo, y sólo resta que llegue el nuevo año, el mes indicado, el día de inicio y la hora señalada, para que el mundo esté atento para el inicio del evento mundialista.

Esto ha sido todo por hoy, hasta la próxima.


4 dic 2013

Suárez por cuatro


En estos últimos días han aparecido muchos temas de los cuales sería interesante dedicarle algunas palabras. La integración de los cuatro bombos mundialistas con algunas sorpresas, el sorteo del próximo viernes, los resultados de las pruebas PISA 2012 o la vuelta de Nacional a la punta del Apertura son tan solo algunos, y seguramente podría seguir con otros. De hecho, de lo que quiero hablar hoy es de un tema diferente de los mencionados anteriormente, de algo a lo que hace casi un año atrás le dediqué una entrada y que hoy, tras una actuación descollante en un terreno de juego, definitivamente merece otra.

Luis Suárez. Ese delantero uruguayo de veintiséis años que defiende la camiseta roja del Liverpool de Inglaterra, probablemente la de más historia de aquel país. Historia con la que Suárez coquetea y muy de cerca, porque, siendo sinceros, la actualidad del equipo de Anfield dista mucho de los logros a lo largo de su historia. Pero el uruguayo es otro cantar, es de otra categoría; no podemos hablar de Liverpool sin mencionarlo y tal vez sí podríamos hablar de él olvidándonos del equipo. Sus actuaciones, en especial la de hoy, son simplemente para admirarlas, para disfrutarlas, para disfrutar del fútbol, de su fútbol.

Luisito alcanzó hoy la punta en la tabla de goleadores de la English Premier League, habiendo dado cierta ventaja en cuanto al número de partidos, ya que se perdió las fechas de inicio de la temporada por la sanción que acarreaba de la anterior. Además, hoy rompió un récord de esos que dan para pensar: fue la tercera vez que le hizo un hat-trick (aunque metió cuatro goles en realidad) al mismo equipo; Norwich recibió diez goles del salteño en cuatro partidos, una marca impresionante.

Pero sería injusto si solo dijera que hizo cuatro goles hoy, aunque esto ya de por sí sea mucho, porque cada uno de los goles tuvo algo de especial. Y cuando digo especial me refiero a que fueron goles que no se ven todos los días, diría que fueron golazos e, incluso, temo quedarme corto, en especial con el tercero. Para colmo, cuando el partido ya estaba 4 a 1, tras convertir sus goles, Suárez asiste a un compañero para poner el quinto. Encima eso.

Ya no solo puede describírselo como un futbolista con ambición, con sed de ganar, con muchas ganas y empuje, que va a todas. Eso es cierto, sin embargo, hay más. Estas cualidades no pueden explicar los rendimientos que ha ido desarrollando de forma creciente desde que está en Europa o, mismo, desde que la está rompiendo en Liverpool. El talento de Suárez es único. Lee las cosas antes de que pasen, anticipa en todo el sentido de la palabra, está siempre dos segundos más rápido que los demás; no baila en el césped como lo hace por ejemplo Iniesta, hasta parece trastabillar cuando conduce, pero es una luz, se mueve con rapidez, tiene una fuerza explosiva que da miedo.

Y cuando está derecho, está derecho. Ya lo sabe la selección de Chile, a la cual le hizo cuatro goles en el Centenario en la pasada Eliminatoria. Hoy fue una réplica de aquello en cuanto a la precisión, cada tiro era medio gol, tenía olor a gol. Así fue en sus dos remates desde fuera del área, uno un tremendo disparo y el otro también pero tras una acción previa exquisita, digna de unos pocos; en el segundo tanto, donde pateó de zurda en el corazón del área chica; o en su cuarto tanto, tras efectuar un tiro libre con una curva y una precisión perfectas.

Los compañeros de Luis Suárez ya lo saben, incluido Gerrard, quien le cedió la mayoría de los tiros libres, hay que seguirlo a él, al hombre sudamericano, al que con sus rendimientos descollantes gana partidos; hay que acompañarlo, intentar dársela en todo momento, que él, esté donde esté, va a inventarse algo, ya sea en acción individual o en una descarga que terminará, segundos más tarde, con la culminación en sus pies. Ese es Suárez, y Liverpool lo necesita. Sin él, sería un equipo triste de mitad de tabla. Con él, bueno, puede darse el lujo de estar en los primeros puestos de la liga inglesa.


Primera entrada en donde hablo de Luis Suárez: Influencia Suárez.

Compacto del partido de hoy: Liverpool 5-1 Norwich.