Llegó la quinta victoria al hilo
MONTEVIDEO. El equipo tricolor, líder en la tabla anual y escolta del Clausura, llegó este sábado a un registro de cinco victorias consecutivas. Muchos hablan que el calendario le ha favorecido, teniendo una seguidilla de encuentros con rivales sensiblemente inferiores. Para mi, eso poco importa; si eres o pretendes ser el mejor, debes demostrarlo siempre dando igual el rival de turno. Es verdad, puede que el envión anímico producido por la cadena de victorias a la larga termine siendo un plus más que positivo. De cualquier manera, Nacional ha ratificado su superioridad con victorias.
Si bien no ha mostrado un fútbol vistoso o bonito, ha quedado claro que ha sido el merecedor ganador de los partidos. Sobre todo este último partido por la décimo primer fecha del Clausura, ante el Centro Atlético Fénix, donde se impuso por 2 - 0. El planteo ofensivo se notó desde el comienzo con la designación táctica escogida por Gallardo. Abrir la cancha y utilizar la velocidad de los extremos era la idea del entrenador. De esta manera, transcurrió el primer tiempo, con el equipo de Capurro defendiéndose e intentando neutralizar de cualquier manera a los tricolores.
Pero todo cambió iniciado el segundo tiempo; transcurridos apenas cuatro minutos, pelota de Darwin Torres desde la banda izquierda al corazón del área, envío preciso. Allí se encontraba el "canguro" Richard Porta que sin dudar contactó el balón con un certero cabezazo para decretar el 1 - 0. Desde ese momento, todo cambió. Fénix tuvo la necesidad de abandonar su postura netamente defensiva que, dicho sea de paso, también era producto del juego de Nacional, que controlaba la posesión y los tiempos del partido. Más cerca del final, llegó el segundo tanto, esta vez marcado por Cristian Núñez —premio para el lateral, que es uno de los jugadores más sacrificados del equipo—, jugada polémica donde se reclama empujón del "Pichón".
Aclaro que para la plantilla que tiene Nacional —para mi la más completa hoy por hoy en Uruguay— su fútbol podría ser mejor. Ha sufrido un sinfín de bajas constantes (Damonte, Recoba, entre otros) y otras prolongadas (como Matías Cabrera o Alexander Medina) pero aún así ha conseguido resultados. Los mismos se justifican bajo la intención. Esa es la diferencia, por ejemplo, entre Nacional y Peñarol. La intención de juego del equipo albo, de proponer, de pretender jugar buen fútbol, ha sido el camino. Si bien no se ha alcanzado el nivel deseado por Gallardo, los jugadores e hinchas, se sigue buscando y es en esa búsqueda que los buenos resultados han acompañado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario