26 mar 2013

La ola

Como tengo pésima memoria, este año he decidido dedicarle una entrada a cada película que vea y me resulte interesante, con el fin de dejarla registrada en algún sitio —en este caso, el blog—. Comenzaré esta “sección” —a falta de un mejor término— con la película La ola de origen alemán.



Esta película estrenada en 2008 centra su acción en un curso semanal de Autocracia que, gracias a la idea del profesor, crea un movimiento denominado La ola. Este movimiento cuenta con particularidades que lo distinguen; tal vez la camisa blanca sea el sello más evidente para definir a un miembro de la comunidad de alguien que no lo es.

Debo reconocer que los primeros minutos no me parecieron entretenidos, pero esto fue cambiando a medida que iba avanzando. No tengo dudas en decir que el punto más crítico y de mayor tensión en la película es el final, quedando la sensación de saber qué iba a pasar luego de eso.

Antes de dejar el argumento, les comparto la definición de autocracia —para el que no lo sepa—: sistema de gobierno cuya autoridad recae sobre una sola persona sin ningún límite denominada autócrata (el que gobierna por sí mismo).


Argumento de La ola
Durante un proyecto semanal, el profesor Rainer Wenger enseña a los estudiantes de su clase el tema de la autocracia como forma de gobierno. Los estudiantes se muestran escépticos ante la idea de que pudiera volver una dictadura como la del Tercer Reich en la Alemania de nuestros días y creen que ya no hay peligro de que el nacionalsocialismo vuelva a hacerse con el poder, porque a pesar de haber pasado décadas, las nuevas políticas y tecnologías arbitrarían el proceso de un mandato nuevo autocrático.

El profesor decide empezar un experimento con sus alumnos para demostrar lo fácil que es manipular a las masas. A través de su lema: "fuerza mediante la disciplina, fuerza mediante la comunidad, fuerza a través de la acción, fuerza a través del orgullo", haciendo hincapié en ello, de tal forma que cada día los alumnos siguieran una nueva regla. Por ejemplo, el profesor logró que todos ellos entrasen a su aula y, en menos de 30 segundos, se hubieran sentado todos ellos con actitud atenta y con la espalda bien recta, resueltos a iniciar la clase.

El interés por la forma de cómo se ejecutaban esas clases creció, haciendo que jóvenes de otros cursos se cambiaran de aula hasta ser un curso numeroso, derivando en fanatismo. El grupo llega incluso al extremo de inventar un saludo y a vestirse de camisa blanca. El popular curso se decidió llamar "La Ola", y a medida que pasaban los días, "La Ola" comenzaba a hacerse notar mediante actos de vandalismo, todo a espaldas del profesor Wenger, que acaba perdiendo el control de la situación y de esta manera perdiendo también el control de su propia vida.


Tráiler



Para finalizar les cuento que el nombre en alemán —original— es Die Welle y está dirigida por Dennis Gansel. Además, la película está basada en el experimento de la Tercera Ola (adjunto un enlace para que se interioricen en el tema por si les interesa).

Eso es todo por el momento.

9 mar 2013

Appetite for Destruction

Quien conoce a la banda norteamericana de hard rock Guns N´ Roses sabe que su identidad es reflejada de manera muy fiel en su primer álbum: Appetite for Destruction. Es justamente de este álbum de lo que quiero hablarles hoy.



El año de lanzamiento fue 1987. Por aquellos tiempos, los cinco integrantes de la banda continuaban siendo los originales. Encabezados por la voz de Axl Rose y la guitarra de Slash, los bad boys lanzaron al mercado su disco debut que se convertiría en una verdadera joya; con 29 millones de ventas, se trata de uno de los discos más vendidos en la historia de la música, además de encontrarse en los primeros lugares en su condición de disco debut.

Doce son las canciones que lo conforman. Hay una gran variedad, pero, a su vez, el disco en general posee en cada una de sus canciones un sello distintivo, algo que lo hace único, algo que transforma a la banda en única, que le da su identidad. Por eso me atrevo a decir que Appetite for Destruction es el disco más fiel a lo que fue la banda durante los primeros años con la integración original (en la actualidad, por los cambios de músicos, ha mantenido un perfil distinto).

Welcome to the jungle nos da la bienvenida. Gran bienvenida, ¿no? Rocket Queen el cierre. Con semejante inicio y semejante final, uno puede darse cuenta de qué va la cosa. Entremedio, en las restantes diez canciones, vemos vivencias reales, sobre todo de Axl Rose, transformadas en canciones. Así tenemos a My Michelle. ¿Algo más general que los identifica a todos? Nightrain. ¿Casualidad? Sweet Child O’ Mine. Como dije antes, hay de todo.

Aquí una cita de la última canción mencionada:

El único single que la banda ha tenido en el número uno de singles en EE UU hasta hoy, y que es una de las canciones más reconocidas de este álbum, nació de la casualidad. Slash estaba tocando lo que, en sus palabras, “era un ejercicio de guitarra tontorrón”, mientras Izzy le acompañaba con unos acordes. Lo que no sabían era que en la planta de arriba, en la ex casa de Cecile B DeMille, Axl les escuchaba y ponía letra para Sweet child O'Mine.

Excesos, ese es el término que podría definir a la perfección a este disco. Un claro ejemplo es la portada que iba a tener originalmente y terminó siendo censurada.



¿Quieren disfrutar de este disco?



¿Quieren disfrutarlo pero en una actuación en vivo?



Eso es todo por el momento. Espero que les haya agradado.

4 mar 2013

La Caída de los Gigantes

¿Las cosas ocurren por algo o únicamente por casualidad? La Caída de los Gigantes, así se titula un libro que llegó a mis manos de casualidad y ¡vaya si tuve suerte! Se trata de la primera parte de una trilogía escrita por Ken Follet. Es un escrito de más de mil páginas que intenta representar de manera fiel aquellos años tan complicados y bélicos —antes, durante y después— de la Primera Guerra Mundial.

¿Nunca te gustó leer libros de historia pero sí de literatura? Bajo mi punto de vista, La Caída de los Gigantes ofrece una buena ocasión para ahondar en la historia de aquellos turbulentos años sin perder de vista la trama de una gran novela. Personajes ficticios y reales, muy fidedignos en sus continuas apariciones, se van mezclando para dar una representación bastante acertada a lo que pasó en realidad. En el libro no sólo se verá qué ocurrió con los principales personajes de las potencias como monarcas o primeros ministros, también conoceremos la vida de familias humildes, obreras y trabajadoras.

Hay gran realismo y profundidad en los personajes ficticios, sumado a una elaborada coherencia en cuanto a los años, meses y fechas que dieron lugar a las luchas bélicas hasta 1923.

Nombre: La Caída de los Gigantes
Autor: Ken Follet
Género: Novela histórica
Páginas: 1017 (en español)



Argumento

La acción transcurre entre el 22 de junio de 1911, día en que fue coronado Jorge V en la abadía de Westminster y finales de 1924, varios años después de finalizar la I Guerra Mundial. Se mezclan personajes históricos reales como el propio Rey Jorge V, Sir Edward Grey secretario del Foreign Office y Winston Churchill, con otros de ficción como Billy Williams que trabaja desde los 13 años en las minas de carbón de Gales y su padre David Williams destacado miembro del sindicato minero.

La vida de los diferentes personajes se ve trastornada por los sucesos que dieron origen a la I Guerra Mundial y sus trágicas consecuencias. Las familias que forman la parte principal de la trama, se vieron implicadas en los acontecimientos bélicos de una u otra forma.

A través de la narración se puede asistir en directo a intrigas diplomáticas, asaltos a las trincheras enemigas, conversaciones mundanas y pasiones amorosas de personas que vivieron aquellas circunstancias, lo que aproxima al lector a unos hechos que ocurrieron hace casi 100 años y transformaron para siempre el orden europeo y mundial.


Personajes históricos (escrito por Ken Follet)

En estas páginas aparecen varios personajes históricos y, en ocasiones, los lectores me preguntan dónde trazo la línea entre historia y ficción. Es una pregunta razonable, y he aquí mi respuesta.

En algunos casos, por ejemplo cuando sir Edward Grey se dirige a la Cámara de los Comunes, mis personajes ficticios están presenciando un acontecimiento que sucedió de verdad. Lo que sir Edward dice en esta novela se ajusta a las actas parlamentarias, aunque he abreviado el discurso, sin que se haya perdido nada importante, espero.

En ciertos momentos un personaje real va a un lugar ficticio, como cuando Winston Churchill visita Ty Gwyn. En tal caso, me he asegurado de que visitó casas de campo con frecuencia y de que pudo haberlo hecho alrededor de esa fecha.

Cuando los personajes reales mantienen conversaciones con mis personajes ficticios, acostumbran a decir cosas que realmente dijeron en algún momento. La explicación que Lloyd George le da a Fitz sobre los motivos por los que no quiere deportar a Lev Kámenev está basada en lo que escribió Lloyd George en un memorando citado en la biografía de Peter Rowland.

Mi regla es: o bien la escena sucedió, o bien podría haber sucedido; o se pronunciaron esas palabras, o se podrían haber pronunciado. Y si encuentro algún motivo por el que la escena no podría haber tenido lugar en la vida real, o por el que las palabras no podrían haberse pronunciado —si, por ejemplo, el personaje se encontraba en otro país en ese momento—, la elimino.

. . .

En lo personal, fue un libro que disfruté mucho mientras lo leía. Ahora espero ansioso poder conseguir cuanto antes El Invierno del Mundo, la segunda parte de la saga. Según he leído por allí, en dicho libro los acontecimientos comienzan en 1933 y abarcarán varios episodios importantes como la Segunda Guerra Mundial.

Eso es todo por ahora. Nos estamos leyendo.