Aunque tiene un ala cortada, anda volando en la lírica
Esta entrada la vengo pensando desde hace un par de días, desde que tuve acceso a la noticia y me pareció interesante compartirla. Antes que nada, advierto que la citaré completa y apenas agregaré un breve comentario personal. Creo que no hay prácticamente nada que agregar, la historia se roba todo el protagonismo.
No da pronósticos pero canta "Soy celeste... soy yo"
En un pueblo de Durazno un loro de nombre Nico se roba todos los aplausos. Cuando juega Uruguay, no para de cantar "Soy celeste, celeste soy yo". Lo hace de una manera sostenida y clara, a tal punto que se confunde su tonalidad de voz con la humana. La veracidad de la información está ya documentada en un video.
Se trata de un ejemplar traído, a pocos días de nacido, desde el Amazonas paraguayo. Ni siquiera tenía plumas. La mascota pertenece a Pablo Langone y Graciela Eiraldi, quienes viven en la localidad La Paloma, una zona rural en la 7ma. sección, cien kilómetros al este de la ciudad de Durazno.
Nico, que hoy ronda los 2 años y medio, tiene allí su hábitat principal, aunque también ya está adaptado a vivir en Montevideo, en el 7° piso de un departamento céntrico.
"Le enseñamos a cantar `Soy Celeste` cuando se jugó la Copa América, ganada por Uruguay en Argentina el año pasado", comenta Pablo.
"Mi señora, Graciela, le dice: `¿Cómo es Nico?`, y el loro empieza a entonar: Soy celeste, celeste soy yo...", repetidas veces. Desde aquel triunfo continental, Uruguay se ha mantenido invicto, por lo cual habría que darle crédito a Nico para ser considerado la mascota de la selección mayor de fútbol, que se mantiene invicta desde hace 16 partidos.
El nombre de Nico se lo puso Langone, hincha de Nacional y admirador del volante ofensivo Nicolás Lodeiro. A pesar de eso, su esposa consiguió que el loro se volviera manya. "Peñarol, Peñarol", dice Nico dos por tres, aunque aún no aprendió ningún verso de los himnos carboneros. Además del fútbol y el canto (también se sabe La Cucaracha y Cumpleaños Feliz), a Nico le apasiona alimentarse con girasol. También come maíz, lechugas y pequeños huesos de cordero.
"Si está solo, grita mucho, sobre todo en el campo. Cuando le abro la puerta de la jaula, sale y se para arriba de ella, porque no vuela, tiene un ala cortada. Al único que no pica es a mí, aunque a veces se pone pesado. Por ejemplo, cuando tomamos mate, que él sale y se me sube al hombro", cuenta Langone entre risas.
FUENTE: El País Digital (Uruguay).
No tengo nada más que agregar. Simplemente les comento que me divertí leyendo esta noticia/historia y se me hizo la idea de que les gustaría leer algo así, algo diferente.
Buenísima la historia del loro, no la había leído y me alegra la hayas compartido.
ResponderEliminarOjalá sea considerado mascota de la selección.
Saludos.