Hinchada del Club Nacional de Football. |
Da igual el lugar. No importa si está en una ciudad lejana o en un país donde se hable otra lengua, inentendible para los suyos.
Los colores lo identifican por completo y el escudo es un tatuaje asentado en su alma, inquebrantable e imborrable. No puede renunciarse a él.
La camiseta combina ambos y es su bandera más preciada.
El estadio se convierte en su casa y su casa en estadio. Da igual donde sea, para él es un ritual al cual no puede faltar. No puede perdérselo.
Puede gritar y quedar ronco en un suspiro de gol. O permanecer inmutable y sumiso, disfrutando la acción mágica de algún futbolista. Pero por dentro, de una u otra manera, se encuentra eufórico y repleto.
Palabras sin sentido. No tienen un rumbo. Tienen varios.
(*) La imagen pertenece al sitio web dalebolso.com. Fotógrafo: Ali Haghjou.
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