26 dic 2014

La Música del Silencio

Empecemos por el principio. Para leer y saber dimensionar a La Música del Silencio es esencial haber leído previamente El Nombre del Viento y El Temor de un Hombre Sabio. Se trata de un libro complementario de la saga que componen estos dos (y los que están por venir). Dicho esto, que está aún mejor expresado por el propio Patrick Rothfuss en el prólogo, hablaré de ahora en más de lo que me pareció.

Una de las mejores lecturas que he hecho este año es El Nombre del Viento, casualmente del mismo autor. Ha sido tal mi entusiasmo que en febrero de este año avanzaba de a doscientas y casi trescientas páginas por día, lo cual es todo un récord para mí. La historia, que se centra en un pelirrojo llamado Kvothe, me resultó atrapante y maravillosa. Y no sólo la historia en sí. Patrick Rothfuss escribe de una manera que me gusta mucho.

Pues bien, ¿para qué esta introducción? Simple. La Música del Silencio narra sobre los días que vive Auri, un personaje secundario que tiene interacción con Kvothe. Es una muchacha misteriosa, un tanto delgada, que aparece de repente y no se deja ver por las demás personas. Vive en un sitio al cual ha llamado la Subrealidad. Para más detalles de ese espacio, habrá que leer el libro.


¿Es una historia convencional, respetando las pautas típicas? Bueno, si no hubiera leído las notas del autor al final del libro, habría dicho que era un tanto extraña. Pero, tras leerlas, comprendí un poco mejor qué fue lo que quiso transmitirnos Rothfuss.

Conoceremos la Subrealidad, donde se mueve Auri, pero también cómo es ella. Cómo piensa, cómo vive, qué hace, a grandes rasgos, cómo ve y entiende el mundo. Su valoración por objetos y por respetar las cosas como son. Porque, según ella, las cosas son y deben ser como son; interferir en ellas por mero deseo no está bien. El mundo se ocupará de lo demás.

«Al despertar, Auri supo que faltaban siete días.
Sí, estaba segura. Él iría a visitarla al séptimo día.»

En definitiva, la historia transcurrirá durante esos días en donde ella espera, podemos deducir, por Kvothe. Es interesante, vale destacar, las referencias que hace de él, cómo lo ve, internamente, como si lo conociera de toda la vida. Ese es otra de las cosas que comprenderemos al ver cómo es Auri, cómo ve las cosas, cómo las conoce.

A continuación dejaré un breve resumen del libro.

La Universidad, el bastión del conocimiento, atrae a las mentes más brillantes, que acuden para aprender los misterios de ciencias como la artificería y la alquimia. Sin embargo, bajo esos edificios y sus concurridas aulas existe un mundo en penumbra, cuya existencia sólo unos pocos conocen. 
En ese laberinto de túneles antiguos, de salas y habitaciones abandonadas, de escaleras serpenteantes y pasillos semiderruidos vive Auri. Tiempo atrás fue alumna de la Universidad. Ahora cuida de la Subrealidad, para ella un lugar acogedor, maravilloso, en el que podría pasarse la eternidad mirando. Ha aprendido que hay otros misterios que no conviene remover; es mejor dejarlos en paz y a salvo. Ya no se deja engañar por la lógica en la que tanto confían en lo alto: ella sabe reconocer los sutiles peligros y los nombres olvidados que se ocultan bajo la superficie de las cosas. 
La música del silencio es una historia lírica y evocadora que ofrece a los lectores de El nombre del viento y El temor de un hombre sabio la oportunidad de ver ese mundo a través de los ojos de Auri, uno de sus personajes favoritos, y de descubrir cosas que hasta ahora solo ella sabía.

En definitiva, Patrick Rothfuss se encarga de acercarnos a Auri en ciento cuarenta páginas. Viéndolo de ese modo, vaya si vale la pena leer esta historia. Que les guste o no, ya será distinto. A mí me terminó convenciendo, si les digo la verdad, la manera en que termina, y las notas del autor.

Como no pretendo extenderme demasiado, y ya no sé qué más contarles, esta entrada llega a su final.

Nos leemos en la próxima.


PD: Es curioso que habiéndome gustado mucho El Nombre del Viento (y su secuela), no le haya dedicado aún una entrada. La respuesta es similar a los tomos de Canción de Hielo y Fuego. Tal vez, y sólo tal vez, me anime a hacerlas cuando le dedique una nueva lectura. Son libros tan grandes, complejos y maravillosos, que procurar hacer una entrada digna a su valía requeriría mucho, muchísimo trabajo. Hasta entonces, no pienso hacerlas.


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